Respirar con las manos

En primer lugar debes estar cómodo.  Puedes permanecer de pie o sentado pero es importante que tengas la espalda bien recta.

  1. Respira suavemente por la nariz, nada más tiene importancia excepto tu respiración.  Exala también suavemente por la nariz, de esta forma controlarás el volumen de aire y tu ritmo cardíaco.
  2. Junta las palmas de las manos como si estuvieses orando a la altura del chakra cardíaco, a la altura del esternón.  A esta posición se le llama Gassho; en el induísmo se tiene la creencia que activa el chakra del corazón al tocar con los dos pulgares en ese punto energético.
  3. Levanta las manos mantiendo las palmas juntas y sitúalas por encima de tu cabeza.
  4. Separa las manos y visualiza cómo la energia entra por tu chakra corona. Este chakra junto con el del entrecejo, es muy sensible a la energía y sentirás un hormigueo o cosquillas en esos dos puntos.  No te desconcentres y mantén tu atención en la energía que entra por la coronilla.
  5. Junta las manos sobre tu cabeza de nuevo y siente cómo se activan con esta nueva energía.
  6. Haz que tus manos vuelvan a la posición original, en Gassho, juntas a la altura del chakra cardíaco.
  7. Visualiza cómo la energía que entra por tu chakra corona pasa por tu canal central y llega hasta tus manos.
  8. Siente esa energía, deberías notar un cosquilleo por tus brazos y en las palmas de tus manos.
  9. Ahora inspira y nota cómo en cada respiración tus manos pulsan con la energía que llega, como si fuera un latido.
  10. Vuelve a inspirar y lleva la energía de tus manos hacia a tu plexo solar, dos dedos por encima del ombligo.
  11. Exhala suavemente y vuelve a sentir el pulso energético, el latido, y visualiza cómo de nuevo la energía se desplaza desde tu plexo solar hacia tus manos, como una gran bola energètica.
  12. Controla el proceso a través de tu respiración inspirando y exhalando.
  13. Una vez hayas acabado, vuelve a la posición Gassho y da las gracias.